domingo, 27 de diciembre de 2009

Brassens

-No, a la gente no gusta que  uno tenga su propia fe,
No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe,
Todos, todos me miran mal. . .¡Salvo los ciegos! Es natural.
Cuando hay fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual
que la música militar nunca me supo levantar.
En el mundo pues, no hay mayor pecado que el de no seguir 
al abanderado.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario