Mientras me lo contaba aparecieron sus ojos de luna. Los ojos de luna de Zoe me hacen soñar, los pone grandes, le brillan y se tornan de un azul aún más intenso, si cabe.
Decía en idas y venidas de pasión infantil que había visto más de cien flores juntas.
-"¡Tan juntitas mami!"- me contaba.
Decía también que allí habia animalitos que besaban las flores.
-"¡Pesiosos mami!Me hasían coquillitas en los oíros.
Así zrrrzzzz (pone cara de abejita) ¡Eran los novios de las flores!
A veces Zoe me hace pensar que me dejo los ojos en casa.
miércoles, 12 de agosto de 2009
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Que divina Raquel!!!!!y cuanta razon tenes....¿porque los adultos perdemos esa mirada?en realidad,perdemos tantas cosas..
ResponderEliminarHermosas las cosas qe escribis *-*
ResponderEliminaryo creo que no la perdemos,nos la quitan...
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